
Desde tareas sencillas como encender el televisor o abrir la puerta, hasta cambiar de posición, servirse un refresco o caminar, son actividades que muchas personas tienen que suspender por su avanzada edad o por alguna enfermedad.Pero afortunadamente en estos casos la tecnología entra en acción.
Empresas francesas, con ayuda de investigaciones universitarias, se han dado a la tarea de desarrollar nuevos sistemas robóticos que contribuyan a la movilidad y autonomía de las personas mayores.
Gracias a la Mecanotrónica (mecánica y electrónica), pueden ser desarrollados nuevos asistentes interactivos para utilizarse en la geriatría.
De acuerdo con Rodolphe Gélin, director del servicio de robótica y sistemas interactivos en el Consejo de Energía Nuclear (CEA), la Mecanotrónica se beneficia del progreso tecnológico que se tiene en dos sectores, que son la miniaturización de los sensores inteligentes con capacidad para procesar señales y la accesibilidad de los sistemas electrónicos.
Gracias a esto es posible recuperar la fuerza en los brazos, por ejemplo, o incluso, controlar a distancia el televisor o la puerta, actividades tan comunes que se vuelven difíciles cuando se entra en la senectud.
Estos son sólo algunos ejemplos, aunque la mayoría son solamente prototipos, algunos ya se comercializan.
Para ponerse de pie
Otro dispositivo que permite a los adultos mayores tener movilidad de manera autónoma es el dispositivo Automax, de la compañía Alter Eco Santé.
Esta plataforma consiste en una barra de apoyo, con una altura regulable y con ruedas para permitir el desplazamiento del adulto sin necesidad de ayuda.
Ayuda motorizada
A las personas con poca movilidad o que están en cama, se les hace difícil cambiar de una posición sentada a la de pie por sí solos.
Es por eso que el Laboratorio de Robótica de París desarrolló un andador motorizado e inteligente, llamado Monimad, con tres ruedas que se levanta arrastrando consigo al paciente que se apoya en él, hasta ponerlo de pie y listo para andar.
El andador cuenta con sensores de distancia y de parámetros fisiológicos, como tensión y pulso, incorporados en el manubrio para monitorear a pacientes que han sufrido una intervención quirúrgica de cadera o rodilla, o pacientes con complicaciones cardiacas o Alzheimer.
Fácil control
Ya sea a través de instrucciones por medio de la voz, por contacto, por sensores o por joystick, el dispositivo Nemo+, de la empresa Protéor, permite a los usuarios desempeñar hasta 200 funciones en tres idiomas: inglés, italiano y sueco.
El sistema, formado por una pequeña caja con pantalla, fijada en el brazo de la silla de ruedas y que incluye el software y la parte electrónica, permite controlar a distancia equipos eléctricos como teléfono, televisor, puerta e iluminación, entre otros.
Un brazo con movimiento
Quienes padecen deficiencias en los brazos pueden ver restauradas parcial o totalmente las funciones de manipulación a través del brazo manipulador Afmaster, de la compañía AFMA-Robotics, especialista en robótica.
El robot puede accionarse con una computadora en la que se programa su control a través de voz o por medio de un ratón manual u óptico.
El brazo manipulador permite al usuario realizar algunas tareas como tomar un libro, servirse una bebida o utilizar un horno de microondas. Su operación puede hacerse en forma automática o manual; en esta última el usuario manipula el brazo a distancia, pulsando sobre íconos de diferentes movimientos o con tareas prerregistradas en el sistema.
La Red también ayuda..
En eso de mantener contacto estrecho con los pacientes de la tercera edad, internet también se pinta solo y para muestra bastan dos ejemplos de innovaciones francesas.
Uno de ellos es el reloj-pulsera de la compañía Bretonne Aphycare, elaborado en conjunto por investigadores universitarios, ingenieros y médicos.
El reloj cuenta con sensores miniaturizados que detectan las caídas, así como el pulso, la respiración y la temperatura; después analiza la información y, en caso necesario, envía una alarma a familiares y servicios médicos.
Para tener a la persona bien controlada, la compañía Servilinge ofrece, además de un reloj con sensores de signos vitales, un decodificador que se conecta a la televisión, así como una cámara y una línea de teléfono de banda ancha.
El sistema en conjunto permite tomar datos médicos, comunicarse con la persona por videoconferencia y hasta controlar a distancia equipos eléctricos de la casa, lo que permite cerrar una llave de gas o una ventana, por ejemplo.